PAINE, THOMAS
Aunque concebida inicialmente como respuesta a las «Reflexiones sobre la Revolución en Francia» (H 4442) de Edmund Burke, DERECHOS DEL HOMBRE ?publicada en 1791 y reimpresa numerosas veces a lo largo de los años siguientes? es la elaboración más completa del pensamiento político de THOMAS PAINE (1737-1809). El valor permanente de este libro clásico, más allá de su propósito polémico coyuntural, descansa en su planteamiento de la posibilidad de un cambio total y extrae su vigor de «la modernidad de sus ideas, su forma de expresarse y la visión de los derechos innatos de todo ser humano». Calificada por G. D. H. Cole como «la Biblia de los pobres», esta obra revolucionaria, escrita para la gente del común con el lenguaje apasionado de los grandes propagandistas y agitadores, lanza un ataque devastador contra el Antiguo Régimen, critica el sistema económico de la época (desde los impuestos indirectos hasta el cercamiento de tierras, pasando por la creciente miseria de las ciudades) y defiende, desde los postulados del optimismo racionalista, la libertad y la redistribución de la riqueza, el gobierno democrático y la soberanía popular.
Aunque concebida inicialmente como respuesta a las «Reflexiones sobre la Revolución en Francia» (H 4442) de Edmund Burke, DERECHOS DEL HOMBRE -publicada en 1791 y reimpresa numerosas veces a lo largo de los años siguientes- es la elaboración más completa del pensamiento político de THOMAS PAINE (1737-1809). El valor permanente de este libro clásico, más allá de su propósito polémico coyuntural, descansa en su planteamiento de la posibilidad de un cambio total y extrae su vigor de «la modernidad de sus ideas, su forma de expresarse y la visión de los derechos innatos de todo ser humano». Calificada por G. D. H. Cole como «la Biblia de los pobres», esta obra revolucionaria, escrita para la gente del común con el lenguaje apasionado de los grandes propagandistas y agitadores, lanza un ataque devastador contra el Antiguo Régimen, critica el sistema económico de la época (desde los impuestos indirectos hasta el cercamiento de tierras, pasando por la creciente miseria de las ciudades) y defiende, desde los postulados del optimismo racionalista, la libertad y la redistribución de la riqueza, el gobierno democrático y la soberanía popular.