El siglo XXI se ha despertado con el renacimiento del terror. Las guerras de Afganistán y de Irak, las luchas étnicas en el continente africano, la situación en Oriente Próximo y distintas manifestaciones del terrorismo internacional revitalizan el fenómeno del colonialismo, ese lado oscuro de la colonización, y señalan la necesidad de realizar un balance de su historia. Alrededor del Marc Ferro -director de estudios en L'Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales-, un equipo de historiadores (Thomas Beaufils / Yves Bénot / Carmen Bernand / Pierre Brocheux / Catherine Coquery-Vidrovitch / Pascale Cornuel / Sylvie Ballet / Alastair Davidson / Marie Fourcade / Arlette Gautier / Leslie Manigat / Elikia M'Bokolo / Marcel Merle / Claire Mouradian / Pap Ndiaye / Jacques Poloni-Simard / Jaques Pouchepadass / Alain rucio / Pierre-François Souyri / Mariella Villasante Cervello / Nadja Vuckovic) describen las páginas más sangrientas, los excesos y los crímenes, pero también los discursos que legitimaron la empresa colonial.
Las conquistas y después las luchas por la independencia han constituido, sin duda, los episodios más traumáticos de la colonización mundial, que tuvieron como consecuencia tanto el exterminio de pueblos enteros y el agotamiento de sus recursos naturales como las guerras de liberación; pero la colonización supuso además la trata de esclavos, es decir, la deportación de entre diez y catorce millones de personas al Nuevo Mundo; y una vez abolida la esclavitud, las terribles condiciones de vida y de trabajo para gran parte de la humanidad. Una explotación económica que el industrial siglo XIX aceleró y sistematizó. A lo largo de todo este proceso, las naciones conquistadoras defendieron una ideología que, lejos de ocultar los excesos cometidos, como nos gusta creer hoy, se afanaba en justificarlos.
También descubrimos que la violencia de la colonización no emanó sólo de Occidente y que existieron en el mundo otomano y en el árabe; que bajo el vocablo de «expansión territorial», Rusia y posteriormente Japón organizaron un sistema de explotación o de negación de la identidad nacional; y que el racismo que ha acompañado y sostenido los excesos del colonialismo ha podido contagiar además a los pueblos colonizados.
En conclusión, el colonialismo no ha dejado únicamente heridas muy difíciles de cicatrizar (como en el caso de Vietnam, Indochina y Haití, o de dos naciones enemigas, como India y Pakistán), sino que se perpetúa en el siglo XXI bajo otras formas que "El libro negro del colonialismo" pone en evidencia.
ACOGIDA DEL LIBRO
"Provechosa lectura". Manuel Lucena Giraldo, "ABC".
"Minuciosa obra". Ángel Vivas, "El Mundo".
"Se ha conseguido un libro tan voluminoso como ágil. Los autores no incurren en la mera narración blindada de fechas o estadísticas, pero tampoco faltan datos y el aparato bibliográfico busca no vencer por aplastamiento". Miguel Bayón, "El País".