SALMERI, ALESSANDRO / LE CAM, JEAN
En el mar, en la montaña y en tierra firme, resulta difícil vivir sin él. Reemplaza con inteligencia y seguridad todos esos elementos metálicos que muchas veces no tenemos a mano, como un grillete, un anillo o un gancho. Como en la vida diaria, podemos encontrarnos con el simple, el intelectual, el que presiona, el útil, el superfluo, el amigo, el elegante, el primero de la clase, el sofisticado, el que se lo toma todo muy en serio... Para mí, el nudo debe cumplir dos requisitos: debe ser fácil de hacer y de deshacer. ¡Sobre todo de deshacer! ¿Quién no se ha roto nunca una uña (o, lo que es peor, un diente) intentando desatar la cuerda de la hamaca que oprimía ya el tronco del árbol que había ido creciendo? Mi campeón del mundo es el as de guía, también conocido como nudo de silla (¿por qué se utilizará la palabra "silla" en este caso?). ¡Vale, puede resultar un poco difícil al comienzo para aquellos que no lo hacen todos los días, a pesar de la genial frase tan conocida en mi idioma, con tintes cabalísticos, que dice: "la serpiente sale del pozo, da una vuelta al árbol y regresa al pozo"! Lo utilizo siempre: en el barco (¡evidentemente!), pero también para remolcar el coche cuando se bloquea el volante, alzar mi tractor para cambiarle la correa y atar el perro cuando entro en el supermercado. Puedo, con total impunidad, someterlo a una tensión enorme, hacerle sufrir todo tipo de contorsiones y mojarlo, sin riesgo de que me manifieste el menor rencor. ¡Un nudo encantador! ¡Una maravilla que merece todos los elogios y a quien expreso todo mi agradecimiento. Jean Le Cam Nacido en Finistère (Francia), Jean Le Cam es un marino inoxidable, como ha demostrado en su último naufragio en la Vendée Globe Challenge, regata internacional alrededor del mundo en la que quedó segundo en el año 2005. Marino excepcional, practica la vela al más alto nivel desde su más tierna infancia. Tres veces campeón de la solitaria regata Figaro y campeón del mundo de Fórmula 40, se encuentra a gusto tanto en los grandes multicascos como en los monocascos de 60 pies. ¡Un auténtico marino!