YOKO OGAWA
La novela que lanzó a la fama a Yoko Ogawa. Un canto a la amistad, el amor y el respeto, y una apasionante introducción al mundo de los números.«Una novela hermosa
la extraordinaria Yoko Ogawa nos hechiza.
Una historia que dejará al lector sin respiración.» The Irish Times
«Un conmovedor drama de atmósfera tierna y de enseñanzas sutiles.» The Guardian
«Escrita en una prosa tan lúcida y carente de pretensiones que leerla es como mirar en una piscina profunda y de aguas prístinas ... Sumérgete en el mundo de Yoko Ogawa y te arrastrarán fuerzas que no ves pero sí sientes.» The New York Times
Una madre soltera entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números y la resolución de problemas matemáticos, debe apuntar las cosas importantes en post-its para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo vuelve muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo, Root, de diez años, con quien comparte una pasión: el béisbol. Poco a poco se irá fraguando entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y la transmisión del saber. Una novela que devuelve la fe en el alma humana.
«Muy original. Infinitamente cautivadora. Y siempre conmovedora.» Paul Auster
«Una novela hermosa
la extraordinaria Yoko Ogawa nos hechiza.
Una historia que dejará al lector sin respiración.» The Irish Times
«Posee todo el encanto y la contención de las novelas de Ishiguro y la fantasía de Murakami.» Los Angeles Times
«Un conmovedor drama de atmósfera tierna y educación sutil.» The Guardian
«Escrita en una prosa tan lúcida y carente de pretensiones que leerla es como mirar en una piscina profunda de agua prístina ... Sumérgete en el mundo de Yoko Ogawa y te arrastrarán fuerzas que no ves pero sí sientes.» The New York Times