ALBERO SUÁREZ, MIGUEL
En este ensayo con santos o ilustraciones, como los cuentos infantiles o las cuentas de Instagram, Albero disecciona al lector de libros,así fuera una especie en extinción, o quizá por estar en peligro deserlo. Esta es su conclusión:Cuatro son los rasgos que configuran al lector de libros, cuatro sonlos que convierten esa actividad en una orgía callada. El primero esque no está nunca solo, como en las orgías; de otra forma no seríanorgías, como no hay sonetos de siete versos ni árboles milenariosplantados ayer. El segundo es que está desnudo, en pelota picada,vaya, y ése es el uniforme habitual para las orgías, la etiquetarecetada, el dress code, así gastas traje de neopreno si buceas. Eltercero es que es promiscuo, cualidad que se presupone en una orgíacomo el valor en los toreros: si te apuntas a una, es porque lo eres.Ahí está el lector, muy pero que muy bien acompañado, desnudo ypromiscuo, y a esa actividad la llamamos orgía. Pero aquí, adiferencia de las orgías tradicionales, que también en esto existe latradición, no hay jadeos sino silencio, y ahí entra en juego el cuarto rasgo distintivo; es la suya,