KESELMAN, GABRIELA
Doble Oso no encuentra su colegio por ninguna parte. A lo mejor es porque se lo ha comido. No, no, seguro que es porque se ha convertido en fantasma. ¿Y si lo han robado? Menos mal que Morris ya se está poniendo su antifaz de detective. Todo sea por ayudar a un amigo, y bueno, para conseguir doble ración de chocolate.